lunes, 22 de junio de 2009

Perspectiva de género: la mujer a través del cine



Desde los inicios del cine la figura de la mujer ha ocupado un lugar muy importante, inclusive hasta protagónico. Aunque en las primeras décadas del cine la mujer era vista como protagonista secundaria o como acompañante del protagonista.
La mujer ocupa muchos lugares dentro del cine, o mejor dicho definen cierto tipos de personajes caracterizados por mujeres en ciertos renglones, como por ejemplo: la mujer como objeto del deseo o femme fatale, la mujer independiente, la madre sufrida, la mujer soñadora-bella-tonta, entre muchos otros renglones, pero en este momento sólo quiero enfocarme y diferenciar cómo era vista la mujer a través del cine unas cuantas décadas atrás y como es vista ahora en el siglo XXI.
Ciertamente ha habido cambios en cuanto a cómo se ve a la mujer en el cine, pero para ser sincera tampoco es que ha cambiado mucho. Si nos ponemos a pensar desde el punto de vista “feminista”, realmente nos falta un largo trecho por recorrer. Hace falta que las mujeres dejemos a un lado esa mentalidad machista con la que nos hemos criado, y las mujeres hagamos películas con más contenido, hablando de cosas que nos conciernen y sobre nuestros problemas, pero la verdad es que hacer cine feminista como tal no es fácil a nivel ideológico, a nivel comercial, ni a la hora de conseguir financiamiento y distribución, pero ese es otro punto que no voy a tocar.
Para hablar más claramente voy a mencionar algunas películas donde a mí parecer se muestra la evolución de las mujeres dentro del cine y dentro de los papeles que obtenían las actrices.
Para la década de los 30’s y de los 50’s tenemos a dos divas, actrices muy bellas y reconocidas como lo son Marlene Dietrich y Marilyn Monroe. La primera es conocida por una película llamada “The blue angel” (1930) en la que vemos a una joven quien logra enamorar a un profesor a través del baile y de la sensualidad que emana. En este caso me referiré también a Marilyn Monroe por el filme “Some like it hot” (1959) en la que vemos a Marilyn como una bella y sensual cantante de una banda, quien en una escena coquetea y seduce al personaje de Tony Curtis. Estas dos películas (aunque en realidad cualquiera donde trabajara Marilyn) son un perfecto ejemplo de la mujer-sujeto, como objeto del deseo, como mujeres hermosas y quizás no muy inteligentes, que derriten a los hombres.
Aunque todavía en algunas películas la mujer sigue siendo vista como objeto del deseo hay que reconocer que en la actualidad nuestra condición ha cambiado. Actualmente somos más aceptadas como seres pensantes, inteligentes y hasta en algunos casos independientes. Ahora hay actrices quienes obtienen papeles importantes, donde son las protagonistas y asumen problemas más importantes que ser simplemente bellas y sexys.
Hace poco vi una película llamada “He’s just not that into you” en la que se habla del problema de las parejas en el noviazgo, el convivir en pareja, el matrimonio, etc. Quizás a simple vista parece un tema trillado o superficial, pero en el fondo descubres que no lo es tanto, que en realidad habla de los problemas que vivimos las mujeres casi a diario. Y aquí hay una clara evolución del papel de la mujer en el cine, ya que algunos de los personajes femeninos son más bien quienes toman las decisiones importantes de las historias; son mujeres quienes no esperan que el hombre dé el primer paso, que al darse cuenta de que su matrimonio no funciona, que está rodeado de mentiras y engaños, toma la decisión de divorciarse y empezar de cero, son mujeres que no temen al amor, pero siempre siendo fieles a sí mismas y respetándose. En fin, es una película que nos muestra a diferentes mujeres, con diferentes personalidades, pero que al fin y al cabo muestran una evolución de la mujer dentro del cine y dentro de la sociedad.
Hay una directora de cine a quien me gustaría mencionar que le ha dado a la mujer una perspectiva diferente y más interesante dentro del cine, y es Sofía Coppola, quien con películas como “Lost in Translation” (2003), “Marie Antoinette” (2006) y “The Virgin Suicides” (1999) en las que le da tratamientos muy interesantes a los personajes femeninos.
Pero al hablar de la perspectiva de género, de la igualdad entre el género femenino y masculino dentro del cine venezolano, hay que mencionar la película “Macu, la mujer del policía” (1987), que aunque al principio podríamos pensar que por el nombre es otra película más de delincuentes, policías, etc; pero al observarla como espectadores nos vamos dando cuenta de que la película dice cosas mucho más serias e importantes de la sociedad venezolana, sobretodo desde el punto de vista femenino. Para empezar la película está escrita y dirigida por una mujer, Solveig Hoogesteijn, y la película está contada a través de un personaje femenino, el de Macu.
El personaje de Macu sufre varias transformaciones, desde la primera escena ella es presentada como una mujer muy bella, no me atrevería a decir que como objeto del deseo, pero sí como una mujer bella y llamativa. A medida que avanza la película vamos entendiendo que es presentada como una víctima, es una joven de 18 años con dos hijos que vive con un hombre veinte años mayor que ella, quien es policía por lo que es visto como una autoridad, él la domina y se ve claramente que ella le tiene miedo o que quiere seguir sus normas por respeto hacia él.
En la primera parte de la película vemos como ella mantiene un romance con un joven de su edad que vive en el mismo barrio que ella, somos testigos del amor que hay entre los dos, pero con algunos saltos de tiempo, también nos damos cuenta de que lo que sucede es que han desaparecido tres muchachos del barrio, Simón, el amante de Macu y dos de sus amigos. A medida que avanza la película se sospecha de Ismael, el esposo de Macu como culpable de las desapariciones y supuestas muertes de estos muchachos.
El problema se magnifica cuando Macu empieza a dudar de la inocencia de su esposo y se revela abandonando su hogar para irse a su casa materna. Estando allá Macu recuerda su pasado, cuando conoció a Ismael, que para ese entonces era el amante de su mamá. La directora nos muestra cómo fue la relación entre ellos al conocerse, teniendo ella 8 años, que empieza siendo la de un hombre que la protege de su mamá, de hacer las labores domésticas y que al mismo tiempo la consiente. Con el paso del tiempo, la situación va cambiando y vemos como la abuela de Macu prácticamente vende a su nieta, siendo la primera en permitir esta relación. También se nos presenta una escena en el presente en la que la mamá y la abuela de Macu le recomiendan regresar a su casa para estar con su marido, quien según ellas le ha dado todo y la quiere. Acá vemos un patrón de conducta que aunque para algunos es muy fuerte y hasta sorprendente, pero en realidad es bastante normal en la clase baja venezolana, que es el de las madres que permiten que sus hijas se vayan con el primer hombre que las mantenga. La madre y sobretodo la abuela de Macu permitieron que esta niña se casara a los once años con un hombre veinte años mayor que ella.
Al final Macu decide regresar con Ismael a casa, porque es la única persona con quien puede contar, al principio la relación entre ellos se enfría, hasta que luego él admite la verdad y se declara culpable y se lo llevan preso.
En fin, es una película que nos muestra a una joven que tras una rápida infancia, se casa, tiene hijos, vive bajo el yugo de su esposo policía, le es infiel, sigue con él, luego lo deja y termina regresando con él, para luego quedarse sola con sus dos hijos. Esta podría ser la historia de muchas muchachas de la clase baja venezolana. Representa patrones de conducta femenina en los barrios de Venezuela, pero al mismo tiempo Hoogesteijn sabe como mostrar los personajes y hacernos entender a Macu y solidarizarnos con ella, además de enfocar la película desde un punto de vista femenino.
En el cine venezolano de la actualidad se están haciendo películas en dónde la mujer es mostrada más liberada, con cierta igualdad ante los hombres, o por lo menos en lo que a sexualidad se trata, como por ejemplo en “Una abuela Virgen” (2007), que es del mismo productor de Macu, Olegario Barrera; donde observamos como una señora de que murió a los 85 años, revive teniendo 20 años, y tras descubrir muchas cosas que hacen las mujeres jóvenes de la actualidad, trata de redescubrirse y asumir su sexualidad.
Otro caso del cine venezolano actual podría ser “Postales de Leningrado” (2007) de Mariana Rondón, que aunque está contada en la diégesis, como en los años 60, vemos cómo está representado el papel de la mujer quien también va a la guerrilla al igual que los hombres, este es un claro y maravilloso ejemplo de lo que es la perspectiva de género en el cine venezolano.
Para finalizar, está claro que dentro del cine todavía se ve la imagen de la mujer hermosa, con un cuerpo maravilloso, porque esa imagen es fácil de vender, es comercial, pero en la actualidad las mujeres podemos ser vistas como independientes, profesionales, libres a la hora de decidir por quien votar, si abortar o no, si tener un hijo y criarlo sola, si demandar a alguien por acoso sexual o dejarlo pasar, etc. Estos temas forman parte de quienes somos las mujeres y de nuestros derechos, y muchos de ellos han sido y están siendo tocados dentro del cine, y eso para mí es un enorme avance.